Sol Orozco

Detenido entre las zarzas, alza sus patas blancas y mullidas, frunce la nariz un par de veces y los mira. Extrañado.                                            Ella cree hacer justicia. Él la deja. Renuncia a su linaje campesino por ella, traiciona las sagradas costumbres del cazador y le regala en silencio, siempre en silencio, la ilusión del control. Pero no basta. No bastan los ocres de mayo para confortarla. Ni el mar ni el sol ni el amor ni las crías satisfechas ni el conejo salvado. Nada nunca alcanza. La trampa esta en otro lado. Busca, busca, busca, con todo eso ahí adentro apelmazado busca. Arranca los aros metálicos entre el oleaje amarillento y piensa éste, éste, éste será el que me libere.  Pero no. Hay demasiados filos, cables, estacas mecanismos, ¿...

De los rosales plantados solo quedan algunas hojas mordisqueadas. Espinas inútiles, tierra yerma y un sendero de hormigas que baja lento e implacable (como solo el tiempo sabe descender.) Las flores, son las piezas perdidas del rompecabezas. Imposible es resistirse a levantar la cascarita. Sentir en el puño a la mariposa.Quemar hormigas con la lupa. Ella también pedazo a pedazo aniquila jardines de amores soñados. Todos tenemos razones. Mi hormiga me lo dijo una vez, no te acerques al haz de luz. Debería haberla escuchado, debería haberla dejado terminar de hablar antes  de hacerla arder.                                                                 ...

         ¿Será hoy el día          en que salir          sea sílice          que cae interminable          rebalsa estas pupilas          rastro de sal          rodando          perdiéndose en la boca                 sal en las heridas          resaca de este cuerpo          el instante          en el que te destierres de estas cuencas          sal de estos ojos          el momento en el que te exilies         de estas manos          de este cadáver         sus...

Feliz flor de sal que alguien recoge en el cuenco de sus manos de algún charquito olvidado    

Me atraviesa  un río cuando me hablás los peces me nadan el cuerpo las algas se me atascan en las costillas la resaca tapa mis pulmones Me atraviesa un rio y solo  me queda ceder ¿Cómo discutir  con litros y litros de agua que corren?  Ramas  golpean mis brazos  pequeños seres obscenos  trepan por mis piernas  buscando una humedad más tibia  no hay vicio en ello  el agua vuelve todo natural  todo erotismo que se libera  se diluye    Cada vez que hablás llega la inundacion  masa liquida impiadosa  dejándome muda     erguida  erizada  trastornada        Y cuando callas (cuando el río finalmente llega al mar) quedo sola empapada tiritando deseosa de mucha mas agua.

To restore silence is the role of objects. Samuel Beckett No hay nada que hacer.  A cada momento la memoria pierde  otro recuerdo. Ahí, donde hubo una mirada o  un silencio compartido ahora hay un hueco. El cuerpo se va llenando de agujeros, me voy colmando de vacío, quizás, esto, sea lo más cercano a desaparecer estando aun aquí. (estoy, pero hueca  estás, pero incompleto) Pienso entonces en acumular, quizás hacer  un inventario, un objeto por cada recuerdo perdido. Una tetera por el timbre de tu vos. Un vestido azul, dos pares de botas, una mesa ratona, ocho libros de autoayuda por el paseo en San Isidro.  Un rosario, un calibre oxidado, un sombrero mexicano y diez cucharitas de te por cada película en la cama juntos. Un trombón, un pastillero, tres medias sin su compañera y una plancha. Por aquella plaza y nuestro primer 24 de marzo.  Tres cajas de fideos un par de raquetas treinta bolitas lecheras y dos lit...

Un tronco seco parado en el ocre de los llanos redefine la palabra  ausencia. Es en el silencio de la tarde, en lo lánguido del sol sobre los campos, que tu ausencia se redefine corpórea. Un tiempo que se suspende en el crepúsculo, una foto sepia que vuelve a tu partida una quimera...a tu fantasma una verdad irrefutable. Es en el viento que acuna a los álamos y susurra secretos del litoral, que me vuelvo tronco seco. No hay paz ni calma posible en este hueco. Revivir tu abandono, nombrarlo, masticarlo, tragarlo, armarlo y desarmarlo me hunde en esta inmovilidad de leña. Me atrapa en el silencio de la tarde. Y los arboles allí parados preguntándome qué es ausencia? No sé, no importa, no quiero saber o decir nada. Solo salir, escapar de tu recuerdo infame. Correrme del vacío cotidiano, correr en la cerrazón entrerriana, descalza,deshecha,desnuda de vos, sentir el frío. Sentir Sentir Sentir algo Que la ausencia se transforme en destierro,  en la omisión fin...