Vaticinio
En el principio se pacta el final. Un sueño, los dueños. El FIN.
M.G.
Dijiste: En el principio se pacta el final.
Y yo muda. Sin palabras. Escuchando tu respiración,
con la fe de guardar en mi memoria el sonido del aire entrando y saliendo de tu
cuerpo.
—¿Estás
ahí?
(¿Estoy?)
—Sí.
—Bueno…
chau.
Otra
vez es de noche y necesito caminar. La luna está a un par de días de llenarse y
tiene esa forma extraña, como de piedra abollada. Estoy lejos, perdida. No hay
lugar al que retornar. Revivo uno a uno los momentos, son fragmentos ajenos y
yo misma un eco de las historias de los demás. Todo lo que me pasó a mí ha
pasado ya una y mil veces. Soy una copia mal lograda de otros relatos de amor.
¿Cuándo
pactamos esto? En el principio decís, en el principio y tiene sentido, porque
fue en ese momento en que me amenazaste con esto
se termina si pero no acababa nunca
hasta que...
Miro
el cielo negro. Tengo que hablar de la luna y no encuentro ni una frase que
valga la pena. La noche cubre mi noche. La noche vela mi dolor. La noche envuelve
mi incertidumbre.
Mentira. Esta tristeza que siento es forzada. En mí la noche apenas valida a
la locura. La luna no me sana ni me consuela. Me observa.
Lunática.
Lunática
y borracha.
Lunática y demandante.
Lunática.
Bipolar.
Lunática.
Histérica.
Lunática.
Cruel. Inmensamente cruel.
Lunática y demandante.
Lunática.
Bipolar.
Lunática.
Histérica.
Lunática.
Cruel. Inmensamente cruel.
De
noche tu amor me aburre. Tu sexo me llena de furia. De noche te transpiran los
pies. Tu mirada, con la luz intermitente del televisor, se opaca hasta
parecerse a los ojos de un animal disecado. Tu voz se pierde. Una risita
muy tuya muy idiota resuena. Podría estrangularte solo para acallar esa
respiración canina. La noche no te favorece.Sos una presa demasiado fácil. Estoy segura de que podría matarte.
Pero
solo de noche.
Sale
el sol y las lunas de la mente se disipan. Un cielo celeste claro avanza. La
luz llega a limpiar. Apenas quedan algunos pedazos de vidrio desparramados por
el piso y pañuelos de papel en la cama.
Los levanto antes de lavarme los dientes, con la esperanza de olvidarlo todo para
cuando el café esté listo y el recuerdo despabilado.

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