México es mágico II
II-Cenote Salimos con el Charrúa para Puerto Morelos entre un millón de recomendaciones y su sólita frasecita “ no te vayas a achicar, eh?” Habíamos decidido esa mañana, en menos de dos minutos, que necesitábamos sanar de una vez invocando a las aguas milagrosas de los cenotes, luego de todo un lunes de intoxicación y cama. Claramente una maldición de los dioses por abusar del picante local. Esta vez ofendí al mismísimo Moctezuma porque quedé tirada 24 horas boqueando cual pez moribundo. Cuando llegamos a Kin Ha lo primero que vi al bajar del auto fueron dos cruces inmensas de madera tallada y debajo de ellas cuatro bicis, algunos gatos flacos, la virgen de Guadalupe, un San la muerte, varias máscaras rituales, las banderitas de colores de plástico, botellas de cerveza casi vacías de alguna noche de fiesta y un lorito fotogénico. Todo junto, en menos dos metros cuadrados. ¡Y que viva México cabrón! Una vez adentro, encaramos directo al primer cenote. Un agujero en...